El wall ball o balón medicinal tiene muchos beneficios, y hoy vamos a hablar de los que esperabas y de los que seguro no habías pensado.

Cada vez que imaginamos un gimnasio casero o home gym imaginamos instalaciones completas que dejarían mal a más de un gimnasio comercial, pero la realidad es otra. Aunque mucha gente destina una habitación, garaje, sótano o terraza exclusivamente a ese gimnasio casero, la mayoría de las personas han de compartir ese espacio y sacrifican metros, o centímetros para tener el material necesario para su actividad, y por eso es tan importante elegir material versátil como el que hoy nos atañe. El Wallball o balón medicinal.

Entrenar en casa se ha convertido en la opción elegida por muchos en los últimos tiempos. Algunos se acostumbraron a la fuerza tras la pandemia, y otros ya lo venían realizando, además ahora se suman los problemas en la economía, y aunque los gimnasios e instalaciones deportivas low-cost cada vez están más presentes hay gente que sigue prefiriendo hacer deporte en casa y la compra de material es algo que a muchos trae de cabeza, pues hay que elegir muy bien pensando en qué vamos a hacer y cómo lo vamos a almacenar.

Un wallball en casa es un elemento que no desentona mucho en una habitación. Pese a su peso (de entre 3 y 15 kilos) su textura blanda, su acabado en tela y su forma redondeada lo hacen “afable” al entorno. No es como un rígido y pesado juego de mancuernas de metal. Y eso en casa es de agradecer. Se mimetiza con el entorno, además su forma permite moverlo de una forma rápida y sencilla, créeme, no es lo mismo mover un wallball que una kettlebell.

Pero si hablamos de rendimiento un wallball tiene una característica muy importante y es su versatilidad. Por su peso es un elemento de fuerza, por su forma es un obstáculo, por la forma de agarrarlo es un “odd object” u objeto extraño, aunque yo prefiero el término incómodo, porque no hay manera cómoda de transportarlo en una media distancia.

¿Qué podemos hacer con un wallball?

Como hemos dicho la versatilidad es uno de sus fuertes. Si te lo llevas a la calle, puede simplemente tratar de correr con él, ahí descubrirás su incomodidad. Igualmente, la calle nos permite hacer uno de los movimientos más famosos, el wallball shot o lanzamiento de balón con sentadilla.

Pero vamos a ponérnoslo difícil, vamos a entrenar dentro de una casa “normal”. El espacio que requieres para trabajar con seguridad es aquel que comprenden tus brazos abiertos.

Podemos hacer sentadillas con el balón en el pecho o sobre la cabeza.

Si unimos esa sentadilla con extensión de brazos estaremos haciendo Thrusters.

Podemos practicar nuestra técnica de cargada con sentadilla, el peso ligero nos permite focalizar en la técnica a nivel de movilidad y velocidad.

El balón también es el complemento ideal para una sesión de core. Prueba a hacer abdominales impactando con él tras tu cabeza y por delante de tus pies. O mejor aún, haz abdominales de forma que el balón siempre esté sobre tu cabeza, los no solo es que ya no te ayuden, es que van a quemar.

También puedes sostenerla con los tobillos y trabajar tu abdomen inferior con alzamientos, encogimientos...

Y en tus manos, con las piernas levemente despegadas del suelo, puedes girarlo de lado a lado para ejecutar unos russian twists.

Como obstáculos podrás saltarlo o usarlo como “tope” para hacer Steps sin apoyar los pies para alternar con las punteras de tus pies.

Además será una ayuda o complicación en tus push-ups según lo uses. Si haces los fondos con ambas manos sobre él te ayudará, pero si por el contrario solo pones una mano ese déficit unilateral hará todo mucho más divertido. También puedes colocar los pies sobre él, para inclinarte hacia tu cabeza y que las push-ups normales ganen en intensidad.

Como ves hay decenas de opciones, y todo en apenas 2 metros cuadrados, con un material que se puede guardar y transportar fácilmente.

¿Y tú, te has planteado tener un wallball en casa? ¿Lo tienes? ¡Cuéntanoslo!

¡Nos vemos en SingularWod!